Cris encarna esa figura tantas veces idealizada de la superwoman: una mujer que es buena en su trabajo, buena amiga, buena madre, buena amante, buena esposa, viste bien, va al gimnasio y además se siente realizada y es feliz.
Parte de su viaje será gestionar el estrés que le produce sostener esa figura, confrontando un tema tabú a nivel social, el de las madres que están hartas de serlo y de vivir con la carga mental y el sentimiento de culpa que les produce no llegar a todo. Por otro lado, Cris se reconocerá a sí misma que pese a haber conseguido todo eso, hay algo que falla, siente un vacío y no sabe muy bien por qué. Todo ello la llevará a reconectar con su sexualidad y por tanto consigo misma.
En esta 2ª temporada, Cris tras superar la crisis de pareja y sincerarse con Pablo, ahora parece que tiene el matrimonio que necesitaba y juntos comparten el cuidado de las niñas y de la casa. Han establecido las normas para una relación abierta a tener relaciones sexuales con otras personas pero igual no todo es tan sencillo...